Risoterapia y emociones positivas

TALLER DE ENTRENAMIENTO EN EMOCIONES POSITIVAS

(Manejo efectivo de la autoestima, estrés, crecimiento personal y estrategias de afrontamiento)

En 1999 la OMS delimita el concepto de salud dentro de una línea más procesual y sistémica, definiéndola como “un estado dinámido de bienestar al que, además del físico, mental y social, se añade el espiritual (Sánchez-Elvira, 2004). Esto supone un giro radical en las ciencias de la salud y, como tal, en la Psicología, donde, a pesar de que las investigaciones siguen centrándose en el estudio de las variables psicológicas negativas, comienza a atisbarse ya una nueva visión más allá de la búsqueda del remedio, fomentándose la investigación de la capacidad y la responsabilidad de cada cual. Actualmente somos testigos de un continuo cambio en la concepción de salud, de la calidad de vida, que mueve incesantemente al ser humano a la búsqueda de la felicidad, del bienestar y del vivir en paz el mayor tiempo posible, fomentando sus potencias y recursos naturales para sentirse mejor. Prueba de ello es la cantidad considerable de libros de autoayuda, ya sean divulgativos o con mayor rigor científico, que comienzan a publicarse sobre el tema, respondiendo a esa sed de espiritualidad y a esa búsqueda de “crecimiento personal” o progreso hacia un nivel superior de funcionamiento que constituye una necesidad del hombre de hoy.

        Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto cómo las emociones positivas contribuyen al bienestar tanto físico como psicológico y, en última instancia, a la salud. Hay que añadir que la risa y el buen humor, como emociones positivas, pueden ser herramientas efectivas para enfrentarse a la enfermedad. La risa brinda una liberación física de las tensiones acumuladas y consigue que las personas se mantengan emocionalmente estables y lejos de experiencias desagradables, lo que puede contribuir a que el sistema inmunológico funcione óptimamente. Las emociones positivas ayudan, pues, a sobrellevar la enfermedad y a favorecer el proceso de recuperación.

        Por tanto, a nivel físico, las personas felices poseen mejores hábitos de salud, una mejor tensión arterial y un sistema inmunológico mucho más fuerte que las personas menos felices. Así, numerosas investigaciones encuentran una relación de la emoción positiva con un mejor funcionamiento del sistema inmunológico. Igualmente, las personas con una tendencia al optimismo encajan mejor las adversidades de la vida, siendo más resistentes a los efectos psicológicos y fisiológicos del estrés y de las enfermedades, incluso se podría decir que el optimismo es un factor causal del estado de salud. Existe, asimismo, una amplia evidencia de que la emoción positiva predice el estado de salud y la longevidad.

En resumen, las emociones positivas optimizan la salud y el bienestar, favorecen el crecimiento personal, la satisfacción con la propia vida, la esperanza, el optimismo, etc. Previenen, construyen y transforman y el objetivo último es la búsqueda y potenciación del funcionamiento humano óptimo o, en palabras de Seligman, la búsqueda de la “auténtica felicidad”.

El objetivo general de este curso sería dotar a los y a las participantes de las herramientas necesarias para focalizar la atención en las emociones positivas y su manejo como forma de crear estilos de vida saludables.